Su enfoque viene ligado a unos conceptos como lo son:
• Necesidades, deseos y demanda. Se entiende por ello la tensión de búsqueda de lo que nos hace falta (o sentimos que nos hace falta) que motiva el consumo y el intercambio económico desde la prehistoria. Las necesidades están vinculadas al bienestar físico de las personas; los deseos a sus aspiraciones específicas (sociales, intelectuales, culturales, etc.); y la demanda es simplemente el deseo de adquirir un bien o servicio determinado de la oferta.
• Valor y satisfacción. Se entiende por valor la relación establecida por el consumidor entre el costo del producto y la satisfacción que éste le brinda, y existe en base a cuatro posibilidades: valor esperado, valor recibido, valor de la competencia y valor deseado.
• Intercambio. Ocurre cuando dos o más partes intervienen en una actividad económica que implica dar algo para recibir algo a cambio, logrando así satisfacer dos necesidades o deseos a la vez, en una relación que, idealmente, es a largo plazo y mutuamente benéfica.
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